Muchas personas probablemente conocen la sensación que experimentan cuando se miran en el espejo y no están Contentos con su reflejo. Arrugas profundas en la frente, mejillas flácidas, ojos hundidos, piel flácida en la cara y el cuello. ¡UN HORROR! Y todo esto a los 40 años y con una vida dura... Después de que mi marido desapareciera de nuestra vida tuve que trabajar en dos empleos. Durante unos 5 años sin un día de descanso. No sé cómo sobreviví en esta etapa de mi vida, pero todo ello me sumó más de una docena de años.

Después de que mi hija ingresó a la universidad en una ciudad vecina, generalmente me derrumbé. El sonido de un apartamento vacío me estaba matando lentamente. No había hombres decentes alrededor. No existían en absoluto. ¿¡Quién necesita una anciana!?

Entonces llegó a mi vida: Uventa.

Mi hija me lo regaló para el Día de la Madres. Al principio utilizaba esta crema para justificar los gastos de mi hija. Entonces empecé a notar cambios y mi entusiasmo aumentó. La grisura habitual del rostro fue sustituida por un hermoso color rosado. La piel se siente aterciopelada y suave al tacto. El aspecto cansado y los moratones bajo los ojos desaparecieron. El mayor tiempo de espera lo tuve en los párpados, que era la zona más problemática. Me llevó un mes y medio para que se estiraran. Hablando de arrugas, ¡apenas se ven! ¡Es como si las hubieran planchado!

Ahora estoy contenta con mi reflejo en el espejo. De hecho, ya olvidé cuando estaba de mal humor. De hecho, aparte de mi hija, tengo otro motivo para ser feliz: me voy a casar pronto. ¡Esta crema me rejuveneció y me salvó de la soledad! Gracias a los fabricantes de Uventa por este milagro. Muchas gracias.

Elvira